Este proyecto marca un hito histórico para Lira Arte Público, llevar el arte urbano al Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago en medio de un contexto muy contradictorio donde, por aquellos años, el propio alcalde de la comuna comenzaba una política de tolerancia cero con los rayados y grafittis. Lira tuvo la capacidad de analizar más profundamente la situación y descubrió que ahí existía una oportunidad, revirtiendo la inflexibilidad de la política y transformándola en apoyo para darle vida al cierre perimetral que había a las afueras del Museo Nacional de Bellas Artes, el cual se encontraba en proceso de restauración de su fachada.
Inspirados en la idea de que el museo le pertenece a quienes lo reclamen y el Parque Forestal como el entorno que lo contiene, los graffiteros Victor de la Fuente, alias Grin y Nelson Rivas, conocido como Cekis, dieron color a 480 m2 de pared. Es así como la gestión del proyecto se vuelca hacia el interés de Lira por aportar a la comunidad con una mejora del entorno y, al mismo tiempo, un resguardo del museo en tiempo de ejecución de obras.